Con 1 millón de fallecidos, y más de 32 millones de personas contagiadas, la Covid-19 va aumentando diariamente su incidencia a nivel mundial. Con estos datos tan alarmantes, resulta necesario implementar medidas que consigan poner freno a su expansión y acabar, de una vez por todas, con esta pandemia y sus nefastas consecuencias.
Los test para detectar positivos son la base para controlar la transmisión del virus y reducir, progresivamente, el número de contagios. Es fundamental y necesario que las empresas, como motor económico de nuestro país, apuesten por un control exhaustivo y períodico entre sus empleados para detectar posibles positivos y evitar que sus centros de trabajo se conviertan en un foco de propagación de la Covid-19.
Existen numerosos test y pruebas de diagnóstico de la Covid-19 y, entre este inmenso mar de opciones, se formula siempre la misma pregunta: ¿qué tipo de test es el más efectivo?
Todos los test que actualmente están en el mercado presentan algunas limitaciones, y diferentes ventajas. Veamos cuáles son:
Los test de detección de material genético se denominan comúnmente como PRC – Polymerase Chain Reaction- al ser ésta la técnica utilizada para detectar y amplificar un fragmento de material genético del virus –molécula de ARN-.
A partir de las muestras obtenidas del tracto respiratorio superior, mediante la frotis nasofaríngeo y/o orofaríngeo, permite identificar la presencia del virus.
Si el resultado es positivo, significa que el paciente está infectado por Covid-19. Si no detecta material genético del virus en las muestras extraídas, el resultado será negativo. En este último supuesto, y aunque las pruebas PCR presentan un elevado porcentaje de fiabilidad -90%-, si el paciente presenta síntomas compatibles y existe una sospecha clínica de que podría ser portador del virus, sería recomendable realizar otra prueba PCR de confirmación.
Además, esta prueba permite detectar el virus en etapas de incubación iniciales, aunque es cierto que durante el período de ventana – en los 5 primeros días del contagio- podría dar falsos negativos.
Esta prueba es la recomendada por la Organización Mundial de la Salud ya que permite detectar el virus por su elevada sensibilidad, gracias a su proceso inherente de amplificación exponencial y análisis de zonas específicas del genoma del virus.
Sin embargo, presenta algunos inconvenientes como su elevado coste –alrededor de unos 150 euros– , la necesidad de que sea realizada por profesionales especializados, o el tiempo para obtener el resultado – en 24 horas-.
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Las pruebas serológicas ELISA – Enzyme-linked immunosorbent assay –detectan la presencia de anticuerpos provocados por la infección de Covid-19, pero cuentan con una mayor sensibilidad y especificidad, detectando con precisión a positivos y negativos.
Las pruebas ELISA se llevan a cabo mediante la extracción de sangre de la vena del paciente, la cual es trasladada a laboratorios para ser analizada y examinada. De esta forma, se consigue aumentar exponencialmente su fiabilidad y porcentaje de eficacia.
Realizar este test tiene un coste de 58€ por persona – resultados en 72 horas –.
Los test de antígenos son la última novedadpara detectar la presencia de Covid-19 en una persona y es que, recientemente, diferentes Comunidades Autónomas han apostado por su implementación.
Este tipo de test no detecta material genético del virus, sino que identifica la
presencia del virus a través de la detección de las proteínas que lo conforman – antígenos virales –.
Su funcionamiento es muy similar a un test de embarazo. Se recoge una
muestra del tracto superior del paciente – al igual que en las pruebas PCR – y se mezcla con una solución reactiva. Posteriormente, se depositan unas gotas de esta solución en una tira reactiva. Al cabo de pocos minutos, se obtiene un resultado visual: si aparece una raya, el resultado es negativo; si aparecen dos rayas, el resultado es positivo.
Las ventajas que presenta este tipo de test es que, además de su rapidez en la obtención de resultados – 15 minutos – y su bajo coste – unos 55€ por persona – aproximadamente-, puede diagnosticar el virus desde el primer día en que entró en contacto con el paciente. Además, la eficacia media de dicho test se sitúa en un95%.
Y ¿por qué no se ha utilizado antes? Estos test ya existían al inicio de la
pandemia, pero su fiabilidad se situaba en torno a un escaso 30%.
Apostar por una política preventiva contra la Covid-19 es la única opción para que tu empresa y tus empleados logren resistir a esta nueva amenaza. La realización de test masivos y periódicos entre toda tu plantilla reducirá considerablemente el riesgo de que se produzcan contagios descontrolados en tus instalaciones, con las consiguientes consecuencias que ello comporta.
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