Por desgracia, y por los parámetros tan permisivos existentes en nuestro país, el tabaco es la segunda droga más consumida en España -después del alcohol-. Los datos son alarmantes y es que, a pesar de los intentos por reducir su consumo a través de la Ley Antitabaco, que limitaba en gran medida su consumo en determinados espacios, aún un cuarto de los españoles sigue fumando a diario. Ello comporta que el tabaco sea el causante de 50.000 muertes al año.
Si bien es cierto que se ha ido reduciendo progresivamente el consumo de tabaco gracias a una gran labor de concienciación, a raíz de novedades legislativas y campañas publicitarias, entre 2017 y 2019, el número de fumadores ha aumentado un 3,3%. Además, cada vez son más jóvenes quienes optan por consumir este tipo de sustancia, con las consiguientes consecuencias nocivas para su salud. Un 18% de los menores de 30 años es fumador, descendiendo esta cifra a un 23,5% para aquellos de 31 años en adelante.
Se trata, como en tantas ocasiones, de una inobservancia del riesgo que puede comportar su consumo. Actualmente existe muchísima información sobre las distintas enfermedades que puede acarrear un consumo habitual de tabaco: desde distintos tipos de cáncer -vejiga, laringe, lengua, pulmón …- pasando por enfermedades cardiovasculares, entre otros. Sin embargo, la gente continúa apostando por esa sustancia tan perjudicial y ¿por qué? Pueden haber multiplicidad de factores que pueden propiciar su consumo: el entorno social, las presiones culturales, las situaciones de estrés prolongadas, o incluso, el entorno laboral.
Muchas personas conciben el cigarrillo como un momento de escape de sus tensiones y quehaceres diarios. Un gran ejemplo de ello lo vemos en el trabajo, cuando hartos de todas las tareas que están pendientes de realizar, y la sobrecarga de trabajo a la que en numerosas ocasiones están expuestos los empleados, se toman 5 minutos para salir a fumar -práctica permitida en la gran mayoría de empresas de nuestro país-. Así pues, en al ámbito laboral también podemos, y debemos, adoptar medidas dirigidas a luchar contra el tabaquismo, garantizando así la salud de nuestros trabajadores.
¿Cómo hacerlo? Una de las medidas que puedes implementar son las denominadas “Campañas antitabaco” que pueden consistir en la realización de charlas grupales, así como la implementación de hábitos y tratamientos antitabáquicos.
Desde Acció Preventiva llevamos años ofreciendo a nuestros clientes estas Campañas Antitabaco, y lo cierto es que no podríamos haber tenido mejores resultados. Nuestro método consiste en realizar charlas en las propias instalaciones de la empresa donde todos aquellos trabajadores que estén interesados puedan acudir. Su duración, de 2 horas, permite hacer de estas charlas momentos amenos y divertidos, donde además de aprender nuevos hábitos, descubrirán técnicas para canalizar su voluntad y convertirla en una realidad.
Tras dichas charlas, cuyo número varía en función del número de trabajadores que se encuentre interesado, se propondrán tratamientos personalizados, por médicos especialistas en este ámbito, respecto de aquellos trabajadores que decidan apostar por su salud, realizando un posterior seguimiento y control de los resultados obtenidos.
De esta forma, además de velar por la salud de tus empleados y construir un entorno laboral seguro y óptimo para ellos, reducirás el tiempo no productivo de tus trabajadores, disminuyendo las bajas causadas -directa o indirectamente- por el consumo de tabaco y mejorando la calidad de vida de todos los integrantes de tu empresa.
¿A qué esperas para hacer de tu organización un lugar más saludable, seguro y competitivo? Si quieres implementar medidas eficaces contra el tabaco en tu empresa, no dudes en contactar con nosotros.