Liderazgo en femenino: el liderazgo de las empresas del s. XXI

Un nuevo estilo de mando se ha instaurado en las organizaciones de todo el mundo, arrojando resultados sin precedentes. 

Durante años, el papel de las mujeres en el ámbito laboral ha quedado relegado a un segundo plano. Tradicionalmente, han sido los hombres los que han ocupado (y ocupan) puestos de dirección, de poder y de responsabilidad en las organizaciones. Y es que, a pesar de que en esta última década se han conseguido grandes avances en materia de igualdad, aún queda mucho camino por recorrer. 

Según la ONU, de los 195 jefes de Estados que existen en el mundo, solo 28 son mujeres. Además, las mujeres ocupan tan solo el 26% de los escaños parlamentarios de estos mismos países. Pero aún hay más: de acuerdo con la lista Fortune 500 (lista de clasificación que contabiliza 500 de las organizaciones internacionales más influyentes a nivel mundial), solo un 4,8% de los puestos de alto liderazgo de dichas organizaciones está ocupado por mujeres. Y, si nos adentramos a escala nacional, la cosa no mejora. 

Hasta un 63% de las empresas en España todavía no tiene a ninguna mujer en sus comités de dirección. Solo en un 14,15% de los casos, la dirección general está ocupada por una mujer. 

De todo esto se podría deducir una conclusión muy clara (aunque totalmente errónea): “si las mujeres no lideran, es porque no saben liderar”. Esta premisa se ha repetido como un mantra durante generaciones, pero nada más lejos de la realidad. De acuerdo con un informe de McKinsey & Company, las compañías que tienen al menos un 30% de presencia femenina en altos puestos ejecutivos, obtienen un 15% más de beneficios. 

Las mujeres, al igual que los hombres, disponen de características innatas que las convierten en buenas líderes. Y debemos aprender de ellas. Liderar bajo la perspectiva de género es clave para adaptarnos a las nuevas demandas y necesidades, tanto empresariales, como laborales y preventivas. 

1. ¿Qué es el liderazgo en femenino o en qué consiste liderar bajo la perspectiva de género? 

El liderazgo en femenino no busca reproducir estereotipos de género. Cada persona, en la individualidad de su ser, reúne un conjunto de características, capacidades y habilidades que lo hacen único, con independencia de cuál sea su sexo, género u otro rasgo distintivo. 

Sin embargo, a nivel teórico y conceptual, a lo largo de la historia del liderazgo empresarial se han definido dos estilos de mando, asociados al género masculino y femenino, en atención a las “cualidades” que tradicionalmente se han atribuido a ambos géneros. 

Es así cuando nos encontramos con el denominado “liderazgo en femenino” o “liderar bajo la perspectiva de género”: un estilo de mando relativamente reciente que ha demostrado grandes resultados en las corporaciones que lo han incorporado. 

Este nuevo paradigma rompe con el estilo de mando tradicional y jerárquico, donde la autoridad y la supremacía imperaban. El liderazgo en femenino busca liderar desde la empatía, el respeto y la comunicación. De esta forma, se establecen relaciones mucho más cercanas, humanas y emocionales entre las personas trabajadoras, lo que es clave para desarrollar una buena gestión del equipo humano. 

“Para liderar en femenino no hace falta ser mujer. Cualquiera que se lo proponga y tenga disposición, puede aprender de las virtudes del estilo de liderazgo en femenino y disfrutar de sus ventajas.”

2. ¿Cuáles son las características del liderazgo en femenino? 

El liderazgo en femenino se caracteriza por ser un estilo de mando mucho más respetuoso y colaborativo, en contraposición con el liderazgo tradicional, que es mucho más autoritario y unidireccional. 

Por lo general, este nuevo estilo de mando presenta los siguientes rasgos distintivos: 

• Empatía: A través del liderazgo en femenino se busca conectar emocionalmente con las necesidades y preocupaciones de las personas trabajadoras, lo que permite construir relaciones sólidas y fomentar un entorno de trabajo más colaborativo. 

• Comunicación efectiva: A diferencia de lo que suele ocurrir en empresas con un estilo de mando más autoritario, el liderazgo en femenino tiende a establecer una comunicación fluida entre todos los miembros que conforman el equipo humano de la organización, facilitando la resolución de problemas y la toma de decisiones informadas. 

• Colaboración y trabajo en equipo: El liderazgo femenino busca potenciar la cooperación entre las personas trabajadoras, creando un ambiente de trabajo distendido y agradable donde se sientan valoradas y empoderadas. 

• Inteligencia Emocional: La inteligencia emocional es clave para el manejo de situaciones difíciles de manera efectiva, manteniendo un ambiente de trabajo positivo. Por eso, el liderazgo en femenino potencia las habilidades emocionales de los líderes de la organización. 

• Adaptabilidad y resiliencia: La flexibilidad, la adaptabilidad y la resiliencia son características intrínsecas al liderazgo en femenino, demostrando una gran capacidad para superar obstáculos, preservar en momentos difíciles y adaptarse a nuevas situaciones y desafíos. 

¿Por qué el liderazgo en femenino es clave en el panorama laboral y empresarial actual? 

El mundo está cambiando. Y las demandas y necesidades de las personas trabajadoras también. 

En la nueva realidad social, económica y laboral, las personas trabajadoras ya no solo buscan encontrar cierta estabilidad económica en sus trabajos. También exigen que la contraprestación que reciben por el desarrollo de la actividad laboral que desempeñan vaya más allá de su salario. Entre otras, sus principales reivindicaciones son: 

• Obtener una conciliación laboral y familiar real, que les permita mantener un equilibrio entre su vida personal y profesional. 
• Sentirse cuidados y protegidos por la empresa para la que trabajan, disfrutando de un entorno de trabajo seguro y saludable a todos los niveles (físico, mental y emocional). 
• Acceder a una remuneración económica que se ajuste al desempeño de sus responsabilidades. 

A ello, se une el hecho de que los entornos de trabajo han pasado de ser “VUCA” a “BANI”. 

Los entornos VUCA (de sus siglas en inglés Volatile, Uncertain, Complex, Ambiguous) son entornos que se caracterizan por ser inestables, confusos y hostiles. Eran los propios de la época COVID, donde las organizaciones se veían obligadas a adaptarse a continuos cambios en un entorno de incertidumbre extrema. Actualmente, los entornos de trabajo son BANI (de sus siglas en inglés Britte, Anxious, Non-Linear, Incomprehensible). Sus rasgos distintivos son la reducción de la capacidad de resiliencia, el aumento de la ansiedad y el incremento del desequilibrio.

Esta nueva era empresarial y laboral exige estar preparados y actualizados para el cambio. Y el liderazgo en femenino es el estilo de mando perfecto para sortear los retos y obstáculos a los que nos enfrentamos y nos enfrentaremos.