El ser humano ha llegado hasta los días de hoy, entre otros muchos factores, gracias a la formación. Todos llevamos una formadora, una docente, un maestro dentro, si echamos nuestra memoria atrás recordaremos aquellos momentos cuando instruíamos a nuestros hijos o hijas, a nuestros sobrinos…, indicándoles conductas y reprimiendo aquellas que considerábamos peligrosas.
“Te lo dije”, ¿Quién no ha soltado esa frase al ver sufrir un percance en el parque, yendo en bicicleta, o suspender una asignatura por entregar tarde un trabajo…?
Una frase que muchas veces iba acompañada de un gesto malhumorado, un grito, o un castigo, todo ello fruto de la frustración que nos producía ver que habíamos invertido tiempo en su formación realizando las advertencias necesarias, y finalmente comprobando que el accidente se produjo.
Pensamos que aquellas horas invertidas, los disgustos y sustos que nos daban, no servían al producirse el accidente, pero no es así; ahora vemos que esos hijos, hijas y sobrinos… no hacen aquellas acciones que considerábamos peligrosas, hacen otras acorde con su edad y seguimos ahí trabajando su formación, no desfallecemos pues nuestra responsabilidad como padres y madres está ahí y no desaparece con el tiempo.
Cuántos de nosotros acompañamos a estos hijos ya grandes con nuestros nietos y nietas y escuchamos esas mismas frases dirigidas a otra generación, será que nuestro trabajo no quedó en saco roto…
La formación nos acompaña toda la vida, si la trasladamos al ámbito del trabajo con dos objetivos claros, ser más eficientes y que no se produzcan accidentes, no dista muy lejos de los mismos objetivos que buscábamos en el ámbito social y familiar.
En el ámbito laboral encontraremos dos áreas formativas, una la operativa que se basa en cómo se realiza el trabajo y la otra la preventiva, “haz el trabajo así y se evitará este accidente”.
La preventiva, a mi entender es la más compleja, no se debe limitar a “te puedes cortar ponte guantes” o “la ley dice esto en su artículo…” muchos de nosotros hemos pervertido la necesidad de una formación incisiva y específica a los riesgos que están expuestos los trabajadores.
En el momento que no hacemos ver al empresario y al trabajador la necesidad de invertir un tiempo adecuado a los riesgos existentes, perdemos la esencia de la importancia de nuestro trabajo.
Se nos olvida que una formación de calidad y específica es la base para conseguir que ese niño no se tire del tobogán resbaladizo con la cabeza por delante, si somos capaces de entenderlo en el ámbito social, ¿qué nos impide aplicarlo en el laboral?
Nuestro trabajo se inicia exponiendo al empresario algo sencillo:
La formación es el puente a la eficiencia y seguridad de sus trabajadores y se debe invertir en que tenga buenos cimientos y sea de calidad. En Acció Preventiva – Europreven creemos en ello y así lo transmitimos en cada acción formativa que realizamos.
Para más información sobre nuestras formaciones en prevención, Curso de prevención de riesgos laborales
Juan Manuel Pineda
Técnico de Prevención
Formador de equipos de manutención
Docente para la formación ocupacional