EL IMPACTO DE LA COVID-19 EN LA SALUD PSICOSOCIAL DE LOS TRABAJADORES

Desde el pasado mes de marzo del año 2020, vivimos condicionados por la irrupción de un nuevo virus llamado “Covid-19”. Su rápida expansión, y el desconocimiento que lo rodea, nos ha obligado a adoptar medidas muy restrictivas para frenar su transmisión.

El confinamiento, las restricciones de movilidad y la inestabilidad económica y laboral, han causado un gran impacto en la salud mental y emocional de muchas personas y , sobretodo, en los trabajadores.

En este sentido, y de conformidad con varios informes publicados por consultoras en riesgos psicosociales, un 42% de la población en activo de España ha manifestado tener problemas de ansiedad y trastornos del sueño desde que comenzara la pandemia. Además, un 61,5% de los participantes declara sentirse agobiado y en tensión, y hasta un 46,5% reconoce que se siente “poco feliz” y deprimido.

Paralelamente, otro estudio elaborado por Cigna -COVID-19 Global Impact, perteneciente a su informe anual ‘360º Wellbeing Survey 2020-, determinó que el pasado mes de julio de 2020, el 45% de los trabajadores en España sufría algún tipo de estrés laboral, observando un incremento de 9 puntos desde enero de ese mismo año.

Sin duda, son datos muy preocupantes que, además de evidenciar el impacto de la Covid-19 en la salud mental y emocional de las personas trabajadoras, explican el alarmante incremento del número de casos de depresión, estrés y ansiedad, entre la población activa de España.

¿Y qué se puede hacer desde las empresas para abordar esta problemática?

Apostar por reforzar el sistema preventivo empresarial, poniendo el foco en la prevención de los riesgos psicosociales, y adoptando nuevas medidas como:

• Realizar evaluaciones sobre el impacto del Covid-19 en la salud psicológica de los trabajadores.
• Incluir en los reconocimientos médicos de los trabajadores un cuestionario sobre salud mental para detectar preventivamente los riesgos psicosociales.
• Prestar apoyo psicológico y social ante cualquier síntoma de estrés, ansiedad o depresión.
• Evaluar la salud emocional de la plantilla tras la reincorporación al puesto de trabajo, después de un período de teletrabajo o de vacaciones.
• Reducir la carga mental a la que se ven sometidos y organizar mejor el tiempo efectivo de trabajo.
• Facilitar herramientas de gestión de las emociones a los trabajadores que complementen el apoyo psicológico ofrecido por la empresa.
• Potenciar un liderazgo saludable entre los puestos directivos y responsables para que sepan cómo acompañar emocionalmente a los trabajadores, liderando de forma efectiva y segura.
• Fomentar la conciliación laboral y familiar.

Solo con estas acciones preventivas (y algunas más) las empresas conseguirán minimizar el impacto de la Covid-19 en la salud psicosocial de las personas trabajadoras y crear un entorno laboral seguro, saludable y competitivo.