En la concepción tradicional empresarial, la productividad se relaciona íntimamente con el número de horas trabajadas pero, ¿realmente una jornada laboral más extensa genera un mayor rendimiento? Lo cierto es que no.
Hay numerosos factores que inciden en la eficacia y eficiencia de las personas trabajadoras y, os puedo asegurar que, generalmente, aquellas que trabajan más horas al día suelen ser las menos productivas. En tales supuestos suelen aparecer dos fenómenos muy temidos como son el absentismo y el presentismo laboral.
Y entonces, ¿qué medidas podemos implementar para incrementar la productividad de los trabajadores y, consecuentemente, los beneficios de la empresa? Como decía, hay multiplicidad de aspectos que pueden incidir en tales cuestiones pero, si hay uno fundamental es: crear un entorno laboral, seguro, saludable y feliz.
Para cumplir la primera premisa, resulta obvio lo que hay que hacer. La seguridad en el trabajo sólo puede garantizarse articulando una PRL integrada y coordinada en el sistema de gestión de la empresa. Por otro lado, y con el fin de crear una organización saludable, es importante disponer de una estrategia preventiva que introduzca también nuevos hábitos y comportamientos que fomenten estilos de vida sanos, tanto dentro, como fuera de la propia empresa. En este punto, y a modo de ejemplo, cobran especial importancia los denominados “Planes de Movilidad” -si aún no sabes lo que son, te recomiendo que te informes y lo pongas en práctica en tu entidad-. Pero ¿qué hacer para fomentar la felicidad de los trabajadores?
Bueno, parece que estamos ante terreno un tanto pantanoso. Lo cierto es que la felicidad es un estado de ánimo, y que precisamente por ello, depende de la subjetividad e intimidad de cada persona. Sin embargo, podemos identificar, y reproducir, situaciones que propician la aparición de ese estado. Contar con un buen ambiente de trabajo, cómodo y confortable, es una primer presupuesto indispensable para ello.
¿ES POSIBLE SER FELIZ EN EL TRABAJO?
Para muchos, es imposible incursionar en la misma frase los conceptos de “felicidad” y “trabajo”, pero creando un entorno laboral propicio para ello, además de ser felices trabajando, conseguiremos aumentar la productividad y rendimiento laboral.
Con el fin de identificar la felicidad en el trabajo se creó un nuevo concepto: la felicidad laboral. En un principio, esta novedosa idea parecía abocada al fracaso, pero lo cierto es que se ha venido observando un aumento del rendimiento y productividad en aquellas empresas que han apostado por fomentarla. Y es que, debemos entender que en los tiempos que corren, marcados por la precariedad laboral, el sueldo ya no es el factor determinante.
La felicidad laboral se identifica con el bienestar de los empleados, construido sobre un buen entorno de trabajo y todo lo que ello comporta: motivación, realización personal, reconocimiento…Así mismo, diversos estudios han demostrado que dicha felicidad, se experimenta cuando se disfruta del trabajo a desempeñar, cuando se comparten valores con la empresa y, cuando existan buenas relaciones entre compañeros. Por tanto, para conseguir alcanzar esa felicidad laboral resulta imprescindible que toda la organización se implique.
¿PUEDE MEDIRSE EL NIVEL DE FELICIDAD?
Al igual que podemos determinar que un determinado sistema preventivo puede ser insuficiente, y ello puede acabar derivando en la producción de accidentes laborales, también podemos identificar los factores que propician un buen, o mal, entorno para la aparición de la “felicidad laboral”.
No hace ser experto en la materia para poder identificar claramente las conductas o hábitos laborales nefastos para fomentar la felicidad de los trabajadores en el desarrollo de sus tareas:
- Sobrecarga de trabajo.
- Jornada laboral excesiva.
- Mala relación entre los compañeros.
- Trabajo monótono, sin perspectivas de evolución en un futuro.
- Falta de responsabilidades.
Todos estos variables, ya se den de forma aislada o conjunta, inciden directamente en la felicidad y, consecuentemente, en la productividad de los trabajadores. Un empleado infeliz es un empleado que conlleva un mayor coste y produce menos beneficios. Al final, todo se reduce a los números.
En un estudio realizado por el iOpener Institute de Oxford, realizado a 41.000 trabajadores, se ha demostrado que las personas con un índice bajo, o muy bajo, de felicidad en el trabajo, dedican tan sólo el 40% de su tiempo a las tareas encomendadas, frente al abrumador 80% de las personas felices laboralmente.
¿CUÁLES SON LOS ELEMENTOS NECESARIOS PARA CREAR UN BUEN ENTORNO LABORAL?
Muchos son los elementos que pueden ayudarte a configurar el entorno de trabajo ideal para que tus trabajadores ofrezcan el máximo que pueden dar. Contra más medidas implementes, mayor será su productividad. A continuación, te indico algunas de ellas:
- Crear lazos emocionales fuertes: todos los que hemos trabajado en diferentes empresas, podemos identificar claramente aquella a la que nos gustaría volver. Muchas veces no es por la remuneración, ni horario, sino porque las personas con las que trabajamos se convirtieron en verdaderos amigos. Las relaciones que se establezcan entre trabajadores, mandos directivos e intermedios puede ser determinante para crear ese entorno de trabajo deseado.
- Refuerza la confianza: para que tus trabajadores se sientan realizados y afronten el trabajo con optimismo, es necesario que delegues en ellos ciertas responsabilidades y les hagas ver que están perfectamente capacitados para ir avanzando en su carrera laboral.
- Permite descansos “productivos”: en esta época marcada por el estrés y la depresión, es importante que sepas incluir incentivos que permitan a tus empleados desconectar de las tensiones diarias durante un tiempo, para después volver al trabajo con mayor perspectiva, fuerza y energía.
- Apuesta por la conciliación laboral y familiar: contar con tiempo para todo es posible. Debemos permitir que las personas vivan más allá del trabajo para que, precisamente, puedan trabajar más y mejor.