Cuando hablamos de accidentes laborales normalmente solemos imaginarnos un escenario donde un trabajador no ha cumplido con los parámetros y medidas de seguridad existentes, o un empresario no ha facilitado las herramientas e instrumentos necesarios para prevenir su producción. Asimismo, identificamos las consecuencias de un accidente laboral con daños físicos, sin plantearnos que sus efectos pueden menoscabar también nuestra salud mental.
La PRL ha ido evolucionando desde la aprobación inicial de la Ley de Prevención de Riesgos Laborales en el año 1995. Progresivamente, han ido apareciendo nuevos conceptos a tener en cuenta a la hora de establecer una planificación preventiva que permita garantizar la seguridad y salud de todas las personas trabajadoras. Es, en este punto, donde cobra especial importancia la irrupción de las “empresas saludables” en el panorama preventivo actual.
La empresa saludable es aquella que se preocupa por mejorar de manera activa y continua la salud de sus trabajadores, haciendo más saludable tanto el ámbito de trabajo como los hábitos de sus empleados dentro y fuera del entorno laboral. Y es que cuidar de la seguridad de las personas trabajadoras pasa también por cuidar de su salud, haciendo especial hincapié en aquellos riesgos psicosociales que pueden derivar en el padecimiento de trastornos y enfermedades que pueden llegar a ser mortales.
Retomando el hilo inicial, seguro que si yo te pregunto cuál es la principal causa de muerte en el trabajo no pensarías en enfermedades cardiovasculares, pero lo cierto es que éstas encabezan todos los rankings de mortalidad laboral en España. Según datos de la Fundación Española del Corazón -FEC- un 43,6% de los accidentes laborales con resultado de muerte son consecuencia de un infarto o de un accidente cardiovascular. Estos datos, los cuales por supuesto son especialmente alarmantes, tienen diversas causas, las cuales podrían reducirse implementando nuevos hábitos de trabajo que reduzcan determinados factores de riesgo psicosociales, así como adoptando acciones dirigidas a fomentar e implementar nuevas políticas saludables dentro de la propia organización.
De conformidad con los porcentajes publicados por la propia FEC, el 26% de los españoles considera que su trabajo es estresante o muy estresante. Este es un aspecto determinante, ya que diversos estudios establecen una relación directa entre el estrés y la aparición de determinadas patologías cardiovasculares como infartos, anginas de pecho e ictus. Además, el 41,9% de la población trabajadora no realiza ningún tipo de actividad física y el 34,3% desarrolla un trabajo sedentario. Junto a ello, debe atenderse a los nefastos hábitos alimenticios imperantes en la sociedad actual, donde el 28% de la población no consume las cantidades de fruta y verdura recomendadas.
Así pues, todos estos factores pueden ser tratados desde un punto de vista preventivo, y en el marco de la propia organización empresarial, reduciendo drásticamente el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. en este sentido, cabe destacar que el 80% de las muertes por enfermedades cardiovasculares se podría haber evitado estableciendo hábitos de vida saludables. El papel de la empresa no debe quedar relegado a un segundo plano, sino que es fundamental para conseguir reducir las muertes por este tipo de patologías.
Además de apostar por todo lo que conlleva construir una empresa saludable, algunas medidas que podrían ayudar a potenciar la salud cardiovascular en la empresa son:
- En caso de desarrollar las tareas laborales de oficina, se deben establecer pequeños períodos de descanso para estirar las piernas y reactivar la circulación.
- Aunque protocolariamente cruzar las piernas es distintivo de elegancia y buena educación, debemos evitar esta postura lo máximo posible, ya que la sangre circula con menor fluidez y puede propiciar la aparición de trombos.
- Establecer lugares donde las personas trabajadoras puedan comer la comida que traigan de su casa, ya que comer diariamente en restaurantes puede conllevar a un descontrol de la alimentación.
- Ante la imposibilidad de llevar comida saludable al trabajo, es importante mantener una dieta equilibrada donde las legumbres, frutas y verduras también encuentren cabida en nuestro menú.
- Disfrutar del tiempo libre haciendo actividades que ayuden a reducir nuestros niveles de estrés.
- Realizar, al menos, 20 minutos diarios de actividad física.
Como ves, prevenir las enfermedades cardiovasculares es más sencillo de lo que en un principio parece. Todo depende de tu esfuerzo y voluntad. Recuerda que una empresa segura y saludable, será siempre más competitiva y productiva.