En el ámbito de la PRL es muy importante el Plan de prevención donde se disponen de una serie de medidas que te ayudarán a evitar riesgos y convertir a tu empresa en un lugar seguro de trabajo. Ahora bien, esto no lo es todo.
En primer lugar, además de un adecuado asesoramiento previo en la materia, se requiere de una buena integración de la prevención, ya que como hemos estado viendo, la prevención sin integración no resultará exitosa -permíteme un inciso: si estás más interesado en la integración de la PRL, te aconsejo que le eches un vistazo a mi siguiente artículo: «Cómo hacer una fácil integración de la prevención». Una vez se ha puesto en marcha lo dispuesto en el plan y las medidas acordadas, hay que observar si:
- Se han desarrollado de la manera correcta
- Han alcanzado los objetivos preventivos iniciales
¿Y cómo podemos hacerlo? Pues principalmente, a través de un sistema de diversos indicadores preventivos, los cuales nos determinarán diferentes aspectos en relación con la implementación práctica de la prevención.
Igual de básico resulta adoptar una buena metodología en PRL, guiada por expertos asesores en la materia, como controlar su desarrollo y resultados. Por ello, en el marco de la innovación y el avance en el sector de la prevención, surgen una multiplicidad de indicadores que nos ayudan a controlar el cumplimiento de los objetivos y metas preestablecidos en la planificación, así como llevar a cabo una supervisión respecto de los resultados conseguidos, ya sea tanto a nivel global -en cuanto a la estrategia y gestión corporativa-, como en el plano del desarrollo.
En definitiva, cuando apostamos por la prevención estamos denotando un compromiso claro: queremos mejorar la salud y seguridad en nuestra empresa de manera continua. Pues bien, estos indicadores nos permiten continuar en el cambio hacia la mejora.
Lo que no se mide no existe y sobre lo que no existe no se puede mejorar
Hay muchas formas de querer mejorar, y muchas otras de conseguirlo de manera efectiva. Hoy me gustaría hacer hincapié en dos formas de mejorar la PRL, que considero muy efectivas y útiles para la consecución de una empresa saludable, segura y competitiva.
La primera de ellas se trata del CICLO PDCA -denominado también como CICLO DE DEMING-. Dicho ciclo se encuentra constituido por 4 acciones:
- Planificar: En primer término debes determinar las medidas que quieres adoptar en prevención, indicando a los responsables que deben llevarlas a cabo y los plazos en los que deben de implementarse. Para ello, resulta necesario que previamente hayas fijado tus objetivos preventivos, estableciendo una política de gestión.
- Hacer: Muy simple. Aquí solo debes poner en práctica las acciones planificadas con anterioridad.
- Verificar: Una vez la implementación de tus acciones en PRL haya tomado forma, deberás realizar un seguimiento de los procesos en cuanto a la consecución de objetivos, detectar posibles fallos, los puntos sobre los que hay que reforzar las medidas preventivas etc. Aquí es donde, a su vez, deben adoptarse acciones correctivas y llevar a cabo los procesos de mediación con tal de gestionar las disconformidades.
- Actuar: Debes analizar el proceso desde el inicio del ciclo al final del mismo. Además de llevar a cabo las acciones necesarias para preservar la seguridad en tu empresa, debes adoptar una actitud proactiva, identificando los fallos y proponiendo constantemente soluciones de mejora.
Los indicadores: Nuestros mayores aliados en PRL
Tal y como comentaba en el apartado anterior, se necesitan una serie de aptitudes y actitudes para poder realizar una correcta integración de la prevención en el sistema de gestión de tu empresa, así como para seguir avanzando, cumpliendo objetivos y erradicando errores.
Para gestionar la prevención -tal y como veíamos en el apartado de “verificar”- necesitamos medir y valorar cuantitativamente un conjunto de datos para poderlos comparar con los mismos pero de otros periodos de tiempo. Sólo de este modo podremos hablar de mejoría o empeoramiento de la situación.
Dentro de los indicadores, podemos encontrarnos distintos en función de lo que pretendamos analizar. Veamos los más comunes y aquellos que tienen una mayor utilidad práctica:
1. Indicadores de resultado
Estos indicadores hacen referencia a los términos de conclusión de una tarea. Debemos tomar como punto de partida los objetivos preventivos preestablecidos en la planificación y observar realmente cuáles se han cumplido, y en qué medida.
2. Indicadores de desempeño
Aportan información sobre el rendimiento asociado a una tarea, proyecto o proceso, en función de los métodos empleados para su ejecución y forma de abordarla. La información que aportan ayuda a identificar los puntos débiles, las fortalezas y también las oportunidades de mejora.
Este indicador resulta importantísimo en tanto que nos va a determinar si la forma en que estamos implementando nuestras medidas en prevención realmente es exitosa o no, entregándonos información crucial para poder mejorar nuestro sistema de PRL.
3. Indicadores reactivos y activos
Identificamos dos tipos de indicadores.
Los primeros hacen referencia a los hechos consumados. Es decir, si han habido accidentes, incidentes, la cuantía de enfermedades profesionales, si existen desviaciones del cumplimiento normativo etc. Ante la identificación de los mismos, debemos adoptar cartas en el asunto. La concurrencia de estos hechos nos indica que algo en nuestra PRL está fallando.
Los segundos van dirigidos a identificar los esfuerzos que se realizan desde la empresa para evitar riesgos: inversiones en empresa saludable, acondicionamientos de Máquinas e instalaciones, inversiones en formación, coachings y mentorings, planes de movilidad y simuladores de seguridad vial, etc.
Lo importante es determinar los indicadores que se ajusten más a las necesidades tipología de nuestra empresa, y tal como nos dice la Ley 31/95, integrarlos en nuestro sistema de gestión.
4. Indicadores de eficacia
Están relacionados con la capacidad para la consecución de una actividad.
- Inspecciones sistemáticas de lugares de trabajo y equipos de trabajo, usando check list de verificación realizadas periódicamente.
- Encuestas a las personas de la organización, sobre el funcionamiento de diferentes aspectos relacionados con la gestión de la SST.
- Auditorías internas del sistema de gestión de la prevención realizadas por el Servicio de prevención ajeno con periodicidad anual.
- Encuestas de Valoración de la eficacia de las actividades formativas.
5. Indicadores de eficiencia
Se determinan en función de la capacidad para ejecutar un trabajo en condiciones de economía, recursos y ajuste de tiempo.
Una medida puede que sea implementada de forma efectiva -es decir, que cumpla adecuadamente con el objetivo que se pretende conseguir con su implementación-, pero resulte ineficiente -y esto conlleva al desaprovechamiento de recursos económicos y humanos para tu empresa-. De aquí la importancia de determinar qué acciones se están llevando a cabo de forma eficiente y en cuáles se puede mejorar sobre su rendimiento.
Como verás, los indicadores son imprescindibles para poder realizar una correcta integración de la prevención en tu sistema de gestión, identificando aquellos aspectos que funcionan y aquellos otros sobre los que se debe hacer hincapié. Nos tenemos que rodear de todas aquellas herramientas que consigan hacer que nuestra empresa sea más saludable, más segura y más competitiva.
Y ahora, como siempre:
- Si te ha gustado el post comparte el artículo para que más personas se impliquen en el cambio de la cultura preventiva y consigamos, entre todos, empresas más seguras, más saludables y más competitivas.
- Si quieres que en el próximo post escriba sobre algo que te inquiete o te interese especialmente, escríbeme a: info@acciopreventiva.com
¡Hasta pronto!